Hoy las calles se tiñen de esa alegría y melancolía mezcladas
en una misma fecha. Esa ilusión, magia y recuerdos que nos despiertan estos
momentos. Las mesas largas y llenas de sonrisas de esas familias que están empezando
a formarse, de esos niños que están empezando a dar sus primeros pasos en este
mundo y por el otro lado, esas mesas que cada vez se hacen más pequeñas. Los años
pasan para todos y la muerte es inevitable, la vida comienza a llevarse lo que
ya no le pertenece y deja un vacío imposible de llenar en los que se quedan. Es
inevitable mirar hacia atrás y pensar en que todo era diferente, ver los platos
y darse cuenta cuantos lugares quedaron vacíos sin que nos diéramos cuenta. Cuando
el reloj toque las doce muchos miraremos al cielo con lágrimas en los ojos y
brindaremos con esas estrellas que tienen un nombre diferente para cada uno de nosotros. Extrañar es
parte de la vida pero, soñar también lo es. Así como esta esa angustia del paso
del tiempo también está la ilusión del mañana y de los que quedamos. La alegría
de estas fiestas debe estar presente en cada uno de los corazones de nosotros,
por los que están, por los que estuvieron y por los que vendrán, el alma se
cultiva de buenos momentos y de miradas que nos guiaran para siempre.
Esta noche al levantar nuestras copas observemos a nuestro
alrededor y sonriamos por el simple motivo de estar vivos. Al brindar con el
cielo seamos felices con ese recuerdo imborrable que tendremos para siempre y
pidamos por cada una de las personas que están pasando malos momentos. Somos los
que estamos y no sabremos si dentro de un año estaremos los mismos y eso ya es
suficiente motivo para celebrar, arriba la vida y los sueños, que la luz de la
vida nos ilumine a cada uno de nosotros, FELIZ NAVIDAD A TODOS!
Dedicado a vos abuela, te amo y extraño por siempre.
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